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Entrevista a Enrique Viale


Enrique Viale: “Las Asambleas nos están enseñando un camino”

De fondo se escucha con musicalidad rioplatense: “Llega la Nueva Izquierda, la Izquierda tricolor. Votá un eco-diputado…”. Al lado mío, a metros del obelisco porteño, está Enrique Viale. Fundador de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalista, integrante del Colectivo por la Igualdad, en pocos días más “debuta” como candidato en las elecciones porteñas. Su desafío es llevar la causa verde, de los bienes comunes, no como una cuestión políticamente correcta, sino para discutir la cuestión de fondo, el modelo extractivista. Por ello publicó el Manifiesto Eco-Socialista, propio de una Nueva Izquierda. “Queremos decidir quién decide que pasa en los territorios. Esa es la transición de los “recursos naturales” a los “bienes comunes”. Cuando la población decide qué hacer, defender sus políticas de vida”, nos cuenta en esta charla.

ENTREVISTA.
Por Eduardo Soler.


Quique Viale (centro) junto a Alejandro Bodart y Hector Bidonde.

El debate es de fondo

-¿Cómo fue esta primera experiencia de protagonizar una campaña?
-Fue una decisión de los compañeros, me sentí acompañado, pero sí es muy distinto. La parte interesante es que –más allá de los consensos- uno puede incorporar los temas que cree relevantes. Por eso nosotros no nos corrimos ni un ápice de eso, ni tuvimos oportunismo electoral para cambiar un poco a ver si llegamos a más gente. Planteamos dar el debate por los derechos de la Naturaleza en Argentina, por primera vez en campaña alguien habla de eso. Por eso nos parece importante poder pasar la primaria para continuar.

Plantemos por primera vez temas invisibilizados por la agenda política mediática. Tanto por la centro-izquierda, como la vieja izquierda. Y por supuesto por la derecha y el gobierno nacional. Que tiene que ver con conceptos y significados que son el diálogo cotidiano de muchos pueblos: derechos de la Naturaleza alternativas al extractivismo, soberanía alimentaria, bienes comunes, justicia ambiental. Parecen ajenos a la agenda política- mediática pero son tan importantes, y tienen que ver fundamentalmente con la radicalización de la democracia. 

-¿Ese sería el nuevo lugar que el Ambiente tiene en la Izquierda, por eso hablan de Nueva Izquierda?
-Sí, la izquierda clásica o la vieja izquierda sólo se pelea por la apropiación de la renta, no por el fondo del extractivismo. Puede decir nacionalización con control obrero pero no va a la cuestión de fondo. Esto para nosotros es una gran diferencia. O se plantea una alternativa desde la centro-izquierda, como en el caso de Chevron, decir que tenemos la plataforma marítima para explorar. Más extractivismo. Y otros te plantean asociarte con Petrobras, que es una empresa cuestionada por movimientos sociales y territoriales en toda América Latina.

Nosotros vamos por la cuestión de fondo, queremos discutir el modelo de desarrollo, qué se entiende por desarrollo. Queremos que ese debate sea permanente. Queremos decidir quién decide que pasa en los territorios. Si la decide una elite de funcionarios burócratas, las corporaciones, o que la decida el pueblo. Esa es la transición de los “recursos naturales” a los “bienes comunes”. Cuando la población decide qué hacer, defender sus políticas de vida. 

-¿Creés que ese debate está en otra escala en América Latina respecto a nuestro país?
-En Argentina está muy atrasado el debate. En Ecuador y Bolivia, las Constituciones hablan de los Derechos de la Naturaleza y de Buen Vivir. Nosotros estamos lejos incluso de discutir los conceptos. Allá hay un avance conceptual, pero falta el avance en los territorios, con muchas contradicciones, pero donde hay debates. Acá cierran los debates: el gobierno, las corporaciones y los medios. Los medios sólo abren el debate cuando hay una brecha para poder golpear al gobierno. Esto es lo que estamos intentando desde la Nueva Izquierda.

-Esta es la diferencia entre que todos los candidatos que dicen estar de acuerdo en "defender al ambiente"...
-Claro, ninguno discute el modelo de fondo. Mucho menos con el modelo sojero, eso sí que no lo debate nadie. El PEAA (Plan Estratégico Agro-Alimentario) del gobierno nacional plantea aumentar un 60 por ciento de la producción granaría, lo que llevará a un avance sobre territorios indígena y campesino. De poblaciones y sobre ecosistemas, sobre bosque nativo. Eso nos parece clave.


El país de las asambleas

-¿En qué país vivís: en “Argen” o en “Tina”? 
-[Risas]. Yo tuve la suerte de poder viajar mucho por el país, en los últimos 15 años, y poder aprender mucho de las asambleas. Ellos nos están enseñando un camino. Donde muchos ven problemas nosotros vemos soluciones [cita a Eduardo Galeano]. Estamos lejos de decir “caminá distinto”. Nosotros queremos caminar como ellos. Ese vanguardismo lo queremos superar. Queremos aprender de todos estos conceptos, de esa democratización sobre los territorios que hacen las asambleas. Queremos nosotros caminar como ellos. Así que vivimos en este país. El país que nos ha enseñado Esquel, Famatina, Andalgalá, Loncupué...

-Recibiste el apoyo de la Asamblea de Famatina y Chilecito.
-Es una emoción enorme. Y una gran responsabilidad. Es muy emocionante…

-Estuviste involucrado en el impulso de la Ley de Glaciares. ¿Qué iniciativas podrías discutir en el Congreso como eco-diputado?
-Hay temas muy importantes que pueden ser debatidos. Sobre todo incorporar los Derechos de la Naturaleza en los distintos códigos. Discutir de fondo la mega-minería. Discutir el fracking, una ley que establezca una moratoria, por 10 años por lo menos. También acompañar distintas luchas populares, y hacer visible lo que quieren hacer invisibles.

-Años atrás compartiste espacios con otros dirigentes políticos que hoy te toca enfrentar, particularmente del espacio Coalición Sur- UNEN. 
-Nosotros somos fundadores del ARI y nos fuimos por el corrimiento a la derecha de Carrió y la falta de democracia interna. Con Pino hemos tenido un gran acercamiento, pero creo que equivoca el camino. En la interna de él hay dirigentes del radicalismo como Gil Lavedraa, que es abogado de Shell, una empresa que está haciendo fracking en la Patagonia. Yo vengo de Neuquén donde los legisladores radicales apoyan el fracking. Para mí es un error histórico de Pino, más allá del resultado electoral. Pero es muy difícil defender estas causas de lo que no hay que correrse.

-¿Creés que este corrimiento a la derecha es parte de la polarización que se quiere instalar entre oficialismo y oposición?
-Sí, y es una visión corta. Nosotros queremos discutir el modelo que Maristella Svampa llama el “consenso de los commodities”. Ahí está el gobierno nacional pero también las corporaciones políticas y mediáticas. El debate de fondo no se da entre quienes defienden o la sojización, o la megaminería, o el fracking.

-En el "Manifiesto Eco-Socialista" se discute la sociedad moderna y el concepto de desarrollo. ¿Cómo se traduce eso en el debate diario que Zibechi visualiza en el “consumismo”? Es una forma de seguir "enganchado" en el sistema...
-Es una transformación cultural y educativa. Democrática y progresiva. Hay que dar ese debate del “consumismo”, lo contrario que hace el gobierno nacional. Cuestionar los índices de bienestar en la Ciudad, que es aumentar el valor del metro cuadrado como indicador del progreso. Es difícil sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires pero hay muchos lugares que lo están dando ahora y lo practican en su vida diario. Aquí es más complejo pero hay que comenzar a darlo. La inundación tiene una relación concreta con construcción indiscriminada. (choque de trenes) La gente viviendo hacinada, viajando hacinada. Toda una situación donde las ciudades están cada vez más colapsadas..


Construir el Derecho a la Ciudad.

-Ustedes, desde el Colectivo por la Igualdad, fueron los primeros de poner a IIRSA como modelo de extractivismo urbano.
-Nosotros decimos que IIRSA es a la ciudad lo que Barrick es la cordillera o Monsanto es al campo. Tiene la misma lógica de apropiarse de territorios, desplazar poblaciones, con un gravísimo daño ambiental. En la Ciudad se ve claramente, en los 10 últimos años se construyeron 20 millones cuadrados de inmuebles y creció 50 por ciento la población en villas. Entonces, ¿para quién se construye? Así los inmuebles se están conviertiendo en commodities, un bien de cambio y no de uso. El 50 por ciento de Puerto Madero está vacío. Y un avance sobre el territorio, sobre las plazas, la costanera.

Queremos hacer ese giro-ecoterritorial, que lo están dando las asambleas, defendiendo los parques y la vivienda. Al extractivismo urbano hay que oponer el “derecho a la Ciudad”, que es un concepto en construcción. Esa disputa hay que darla ahora. El debate sobre el metro-bus es bueno para graficar eso. La derecha o el macrismo sólo ven las calles como flujo de comunicación. Nosotros vemos las calles como lugares, de encuentro, de comunicación. Lo mismo con los parques, que lo ven como espacios vacíos a los que hay que ponerle rejas, comisarías, bares; no pueden entender que allí haya una interacción social. 

-La Ciudad también tiene una gran deuda, con la problemática de la basura..
-Por supuesto, y hay que aplicar la Ley de Basura Cero. Pero también hay que ir a la cuestión de fondo que es el consumismo. Una sociedad que genera basura. Ese debate es fundamental.

-Brevemente, ¿qué balance pueden hacer de la gestión ambiental de Diego Santilli (Ministro de Ambiente y Espacio Público porteño), que ahora se presenta como candidato a senador. 
-Mi balance de la gestión Santilli es muy negativa.  El MAyEP impulsó el metrobús, que destruyó un emblema de Buenos Aires como es la 9 de Julio. Hay una ausencia de política ambiental. Ausencia de recuperación de espacios verdes. Por ello tenemos juicio para recuperar la Costanera. Estamos muy lejos del cumplimiento de la sentencia del Riachuelo. Y sobre todo existe una mirada muy esquiva de los espacios públicos, que son las naturalezas de la Ciudad. Se pone más cemento que verde. Es una lógica que separa a las personas de los espacios públicos.

-Ciudad y Nación comparten el desafío de sanear el Riachuelo... 
-El Riachuelo simboliza lo peor de la Argentina. Es una gran metáfora del país, en una misma geografía conviven en forma muy desigual las empresas más poderosas con los sectores más excluidos. La corrupción del Riachuelo ha financiado por años las campañas de los barones del conurbano. 


Alerta Monsanto.

-Hicieron una acción de protesta contra Monsanto. ¿Creés que el modelo del agronegocios es el menos discutido de la agenda? ¿Eso les trajo problemas en la campaña?
-Somos la única fuerza política que hicimos actividades concretas contra Monsanto. Creo que eso tuvo consecuencias en los medios de comunicación que nos cerraron las puertas. Incluso en programas con periodistas que uno puede llamar “progresistas”, que tienen su propaganda de Monsanto. Tuvimos poca visibilidad en los medios masivos pero hemos actuado de otras formas, en las redes sociales, en las calles. 

Creemos que en el Congreso se puede discutir, se necesita voluntad, con quienes no tengan miedo de no salir en los medios. Eso es algo que nos separa con Pino, por ejemplo. No lo escuchamos hablar de eso. Nosotros pusimos como eje de la campaña el No a la Ley de Semillas de Monsanto, que se pretende votar en el periodo entre las elecciones de octubre y que asuman los nuevos legisladores en diciembre. Queremos alertar eso y por eso lo incorporamos a la campaña. 


Apoyo de Asambleas e Intelectuales. Por su trayectoria en los últimos años, Quique Viale ha recibido el apoyo de asambleístas y de asambleas, como las de La Rioja: Famatina y Chilecito. Tiene además el acompañamiento de importantes intelectuales, empezando en Argentina con Maristella Svampa y Norma Giarracca. También de América Latina, como Alberto Acosta de Ecuador y Raúl Prada Alcoreza, ambos ex-dirigentes de los gobiernos de su país, cuando fue el momento de incorporar derechos de la Naturaleza y Buen Vivir en sus países. Y en las últimas horas se sumó el reconocido economista ecológico Joan Martínez Allier. 

Ver también:
"El extractivismo urbano".


Ver la entrevista en Comunicación Ambiental acá

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